En un bol batimos los huevos y le a?adimos 6 cucharadas de azúcar. A?adimos la miga de pan desmenuzada (muy menuda) y mezclamos bien, sabremos la cantidad de miga de pan cuando no nos quede nada de huevo líquido.
Mientras realizamos esta operación, en una sartén calentamos el aceite y ayudados con una cuchara, vamos friendo por tandas los sapillos (que quedarán como bu?uelos).
Al mismo tiempo tendremos al fuego una cacerola con la leche y las otras seis cucharadas de azúcar, la cáscara y la canela.
Los bu?uelos según los vamos friendo los echamos en la cacerola, una vez fritos todos se le da un hervor, se deja enfriar y al frigorífico.
Se sirve en un tazón con un poco de leche de su propia cocción.
Consejos:
Si no tenemos pan de hogaza de pueblo, se puede utilizar pan de molde, pero del de panadería no el industrial, quitándole la corteza, y de un par de días para que el pan esté más asentado.
Sabremos que no hay que a?adir más miga de pan haciendo una sencilla prueba, echaremos una cucharada de la masa y si se esparce en la sartén es que necesita más miga de pan.
Que el aceite no esté ni muy caliente ni muy frío, el primero dejaría al sapillo crudo por dentro, y el segundo se impregnaría de aceite (este postre apenas coge aceite).
El aceite, al no ensuciarse apenas, se puede utilizar para hacer otros dulces (torrijas, por ejemplo).
Se pueden utilizar más o menos huevos, siempre la proporción es de un huevo-una cucharada de azúcar.
La cantidad de leche tiene que ser la suficiente como para que cubran a los sapillos una vez echos, aunque al principio flotan luego se empapan de casi toda la leche y tienen que quedar caldosos.