La rodaja de bonito se lava bien bajo el agua fría hasta que se quite la sangre, de esta forma saldrá más blanquito, se reserva.
En una cacerola en la que quepa la rodaja se pone agua, de forma que cubra la rodaja, y mucha sal gorda, pero mucha, como si fuera agua del mar, no os preocupeis porque el bonito no queda salado.
La cacerola con el agua y la sal se pone al fuego y cuando rompa a hervir se pone dentro la rodaja y una vez que vuelve a hervir, se deja unos minutos por cada lado, ?cuanto?, depende del grosor de la rodaja, pero más o menos unos 4 ó 5 minutos por cada lado, cuando veamos que está cocido, para ello se abre un pelín por la espina con ayuda del cuchillo y se verá que no esté crudo, pero con cuidado de no pasarse en la cocción, ya que entonces quedaría muy hecho, y fuera del fuego se deja enfriar en el mismo líquido.
Sacamos el bonito, lo limpiamos de espina y de piel y lo metemos en frascos con aceite, al gusto, girasol, oliva o mezclando ambos, pero siempre será mejor el de oliva, cerramos bien y los ponemos a cocer por lo menos 30 minutos, como cualquier conserva.
Consejos que ya he puesto yo en práctica:
Se puede congelar el bonito una vez cocido, y luego meterlo en aceite unos días antes de su consumición, como una semana, queda muy bien.
También se pueden guardar en el congelador sin hacer el paso de cocer los botes.
Se puede utilizar sin meterlo en el aceite, solamente cocido, queda también muy rico y con menos calorías.
Yo utilizo frascos peque?os, así los utilizo enteros y no quedan a medias, pero si utilizas nada más que una cantidad peque?a y os queda bonito en el bote, éste debe de estar siempre cubierto de aceite y en el frigorífico.