Recetas de cocina Chefuri.com


Coq au vin



Ingredientes

      1 GALLO TIERNO CORTADO EN CUARTOS

      300 GRM DE PANCETA O TOCINO ENTREVERADO

      15 CEBOLLAS CASBEZONAS PEQUE?AS

      1 RAMITA DE TOMILLO

      1 HOJA DE LAUREL

      1 COPITA DE BRANDY

      1 BOTELLA DE VINO TINTO

      1 CUCHARADA DE ACEITE

      HARINA DE TRIGO

      SAL

      PIMIENTA

Preparación

Corte el tocino en daditos y fríalos en el aceite caliente, cuando empiece a soltar la grasa agregar las cebollas enteras. Dejar dorar, retire el tocino y las cebollas y reserve. Sazonar el gallo con la sal i pimienta, enharinarlos y freírlos en la grasa del tocino, agregue el tomillo y el laurel e incorpore el tocino, las cebollas, el vino y el brandy deje cocinar a fuego lento por una hora, retire el gallo y reserve; deje hervir el jugo de la coción hasta que espese, retire del fuego, incorpore el gallo y deje enfriar.





Esta receta es emblemática de Francia, `oh la france`, excelsa y aristocrática cocina; y que mejor para acompa?ar este suculento plato que una poesía del gran BOUDELAIRE:





LES FLEURS DU MAL





XIV. L`HOMME ET LA MER.





Homme libre, toujours tu chériras la mer !


La mer est ton miroir ; tu contemples ton âme Dans le déroulement infini de sa lame,


Et ton esprit n`est pas un gouffre moins amer.





Tu te plais ? plonger au sein de ton image ;


Tu l`embrasses des yeux et des bras, et ton c?ur


Se distrait quelquefois de sa propre rumeur


Au bruit de cette plainte indomptable et sauvage.


Vous ?tes tous les deux ténébreux et discrets : Homme, nul n`a sondé le fond de tes abîmes,


Ô mer, nul ne connaît tes richesses intimes,


Tant vous ?tes jaloux de garder vos secrets ! Et cependant voil? des si?cles innombrables


Que vous vous combattez sans pitié ni remord, Tellement vous aimez le carnage et la mort,


Ô lutteurs éternels, ô fr?res implacables !





Hombre libre, siempre amará el mar! El mar es tu espejo; comtempla tu alma en el desarrollo infinito de su cuchilla, y tu espíritu es un pozo sin fondo menos amargo. Se agrada a hundir en tu imagen; L`embrasses de los ojos y brazos, y se distrae a veces de su propio rumor al ruido de esta denuncia indomable y salvaje. Son el todo dos oscuros y discretos: ?Hombre, nadie hace una investigación el fondo de tus abismos, Ô mar, nadie no conoce tus riquezas íntimas, tanto son celosos por guardar sus secretos! ?Y sin embargo aquí de los siglos innumerables Que se combaten sin piedad ni remordimiento, tanto les gusta la matanza y la muerte, Ô combatientes eternos, ô hermanos implacables!