500 g de carne de cerdo (la que prefirais) en trozos medianos 250 g de maní (cacahuete) 1 cebolla grande 2 dientes de ajo 2 patatas grandes 2 papas amarillas Sal, pimienta, aceite, vinagre, pasta de ají panca, pasta de ají amarillo
Preparación
Macerar la carne en sal, pimienta, pasta de ají panca y un chorro de vinagre durante un par de horas (mejor de un día para el otro)
Si no teneis ají panca, simplemente ponerlo con sal, pimienta y ajito picadito, pero mejor un rato antes que justo antes de cocinar.
Poner un chorro de aceite en una cazuela y cuando esté caliente sellar la carne por todos lados.
A?adir la cebolla y el ajo picados en cuadraditos. Mezclar y cocinar un par de minutos. Agregar una cucharadita de pasta de ají amarillo (la cantidad dependerá de lo picante que se quiera) y si ha quedado aderezo de la carne, ponerlo también. Mezclar y dejar cocinar hasta que la cebolla ablande ligeramente.
Si no os gusta picante, lo podeis hacer sin la pasta de ají, y si no lo teneis pero os gusta picante, pues una guindillita y listo.
Cortar los dos tipos de patatas en taquinos no muy grandes y agregar. Cubrir con agua, rectificar la sal y dejar cocinar manteniendo el hervor.
La papa amarilla aquí no se suele encontrar (al menos en Asturias). La finalidad que tiene es espesar la salsa, pues cuece antes que la papa blanca y se deshace, dando una textura muy rica. Ha falta de papa, un poco de maicena disuelta en agua después del reposo o si quereis, machacar muy bien parte de la papa blanca y mezclar con la salsa.
Cuando la patata ya está casi cocida, a?adir el maní muy bien molido. Dejar cocer un par de minutos más, retirar del fuego y dejar reposar media hora aproximadamente.
Es conveniente que quede una salsa jugosa (aunque no excesivamente líquida) pues durante el reposo tiende a espesarse un poco. Si se utiliza la maicena para espesar, lo mejor es hacerlo después de que repose, antes de servir.